martes, 24 de enero de 2012

AMULETO EN LUNA LLENA



Debemos fluir con los cambios y ciclos de la Naturaleza. Las fases lunares son muy importantes para realizar hechizos y rituales. Por ello, vamos a intentar aprovechar la influencia de la Diosa Luna, fértil y bella, para realizarnos un amuleto.
De entre todas las flores, escogeremos tres margaritas blancas.  Además, ha sido fuente de inspiración para canciones, poemas e incluso para adivinar si alguien quiere a alguna persona. Al mismo tiempo tiene fines farmacéuticos.
Al cortar las flores, le pediremos permiso a la planta y las cortaremos delicadamente. Las flores son seres vivos como nosotros y merecen nuestro absoluto respeto.
Pues bien, la noche de luna llena, cortaremos tres margaritas (si las habéis comprado, separad tres del resto del ramo y pedirles permiso para usarlas para mejorar vuestra vida) y, a la luz de la luna, visualizaremos el deseo más importante que tengamos. Sólo podemos pedir un deseo que nos volverá multiplicado por tres. A menudo, un deseo, como me dijo una Maestra que tuve, encierra todos los deseos. Una vez segur@s de lo que queremos pedir para que nuestra existencia sea más completa, nos relajaremos. Nos sentaremos en nuestro jardín, patio, terraza o cerca de nuestra ventana y con la mano izquierda, la del corazón, sostendremos las margaritas. Con mucho cuidado, con todo lujo de detalles y mucha concentración, expresaremos nuestro deseo y cerrando los ojos notaremos la vibración de nuestras palabras, la de la Luna y la de la flor. En un momento determinado, surgirá un juego de flujo de energías y seremos Uno con el Universo. Para sentir esa magia tendremos que mantener una menta abierta a cualquier suceso que pueda acontecer mientras preparamos las flores o una vez que usemos el amuleto.
Respiraremos profundamente y permaneceremos tanto tiempo como queramos en nuestra visualización del deseo. Ofreceremos una flor a la Luna, otra a la Madre Tierra y la tercera será nuestro testigo. Dejaremos las otras dos encima de una superfície bañada por la luz de la luna llena y con la tercera margarita, expresaremos concisamente nuestro deseo. Una sola palabra. La repetiremos tantas veces como sintamos que lo debemos hacer.
Daremos gracias, seguiremos respirando profundamente y poco a poco, muy lentamente, nos retiraremos, dejando las tres flores descansar a la mágica luz lunar, muy lentamente, con la certeza de que nuestro deseo se va a cumplir.
A la mañana siguiente, acariciaremos los pétalos, dándole las gracias a la flor por su sacrificio y repitiendo, como un mantra, nuestro deseo.
Dejaremos que las flores se sequen a la luz del sol mientras nos hacemos con una pequeña bolsita de unos cuatro cms. x cuatro cms. La podéis realizar en casa con un pedacito de tela de algodón blanca o colores pálidos (preferiblemente) o comprarla en una tienda (las hay en las tiendas dedicadas al esoterismo).
Una vez los pétalos estén secos, los recogeremos y los tendremos entre las manos, sin apretar (ya que entonces se nos romperían), dándoles todo nuestro amor y recordando nuestro deseo sin ego. El deseo debe ser real y no perjudicar a nadie pero, sin embargo, debemos asumir que si no se nos ha cumplido es porque no estábamos preparados para recibirlo. Colocaremos los pétalos dentro de la bolsita, uno por uno, y el resto de la flor, lo enterraremos en la tierra, siempre en actitud de agradecimiento, en un tiesto o maceta.
Dntro de la bolsita, añadiremos siete granos de arroz, un poquito de azafrán, ruda, romero, un pedacito de canela en rama, pimienta negra en grano y perejil en polvo.
Escribiremos en un papel muy pequeño, con el color que nos guste más, nustro nombre completo y nuestro deseo en una palabra. Doblaremos el papel en forma de acordeón y lo añadiremos a nuestra mezcla.
Cerraremos el saco con tres nudos mientras recordamos nuestra necesidad y la pronunciamos en voz alta. Meditaremos unos instantemos y diremos "Que así sea y así se cumpla".
En un extremos del saco, añadiremos un pequeño cascabel. Y ya tenemos nuestro amuleto. Lo llevaremos en el bolso, en el bolsillo o cerca del corazón y cada vez que suene el cascabel, sabremos que estamos en comunión con el Universo y que no existen fronteras para alcanzar nuestro sueño que, desde el momento que lo hemos pronunciado, ha empezado a realizarse. Obviamente, nos propondremos conseguirlo pensando en positivo y actuando. Como se dice vulgarmente, "a Dios rezando y con el mazo dando".
Una vez, pasado el tiempo y estando nuestro deseo ya cumplido, le explicaremos el ritual a otra persona que necesite ayuda y quemaremos, una noche de luna nueva, nuestro amuleto con esencia de rosas si somos mujeres y esencia de lavanda, si somos hombres.
Las cenizas las colocaremos bajo tierra y dedicaremos unos momentos de oración o de meditación para recordar este tiempo mágico en que nos hemos entregado a nuestro sueño y hemos vivido la Magia.

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