martes, 17 de enero de 2012
TRES NOMBRES...
Todo experto en artes mägicas debe poseer al menos tres nombres, y hay quien escoge para este menester variantes y denominaciones de uno solo. El nombre del mago no es necesariamente para siempre, se puede ir alternando a medida que se va evolucionando en el escalafón de conocimiento. Estos tres nombres quedan divididos:
Tu nombre familiar: Es parte de tu identidad y por el que se te conoce en el ámbito mundano. Es el nombre que te dieron tus padres al nacer y forma parte de tu herencia como ser humano. Recuerda que al venir al mundo sólo dispusiste de dos elementos, tu nombre y tu fecha de nacimiento. Este nombre, importante en lo profano, no podrás utilizarlo en las prácticas esotéricas, ya que para ejercerlas deberás renacer con otro nombre reservado sólo para tus menesteres herméticos.
Tu nombre mägico: Es el que escogerás en el ámbito de las artes ocultas. Será tu nombre público dentro de estas disciplinas. En el caso de que ingreses en una orden puede que te venga impuesto, sus miembros se dirigirán a tí con él.
Tu nombre secreto: Hay dos formas de obtenerlo: la individual, es decir, generándolo tú, en cuyo caso sólo será conocido por tí y nunca deberás revelarlo, dado que es tu nombre de poder; o bien habrá sido escogido por tu maestro, quien en el momento del bautizo ceremonial te lo impondrá. En las ceremonias de bautizo el maestro pronuncia en voz alta el nombre mägico del iniciado, al tiempo que mentalmente menciona el nombre secreto que le está dando, denominación que posteriormente susurrará al oído del nuevo adepto.
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