viernes, 9 de marzo de 2012

EL PODER DEL PLENILUNIO


La luna llena y su influencia en nuestro planeta


La Luna tiene magnetismo. Así como controla las mareas de todos los océanos, este magnetismo también es sentido por los seres vivos porque en sus cuerpos tienen agua.
Además del poder magnético, durante el Plenilunio, la Luna tiene más energía porque colocada en oposición al Sol con respecto a la Tierra, permite que pase la energía solar, es un canal.
Este magnetismo, puede ser reconocido o no, depende de las especies. Hay animales que regulan sus migraciones y sus crecimientos por el ciclo lunar. También esto se ve en el reino vegetal, donde la siembra, cosecha y cultivo, si se rigen por el ciclo tienen mejores resultados.
El período de Luna Llena coincide con un aumento de la ansiedad, la tensión, y la sensibilidad en los seres.
Del mismo modo que influye magnéticamente sobre las aguas, afecta las emociones del hombre.
En el período del Plenilunio hay mayor sensibilidad. Para una personalidad inestable, el Plenilunio puede generar dificultades, en cambio para una personalidad estable es muy enriquecedor, porque se puede potenciar lo positivo.
El Plenilunio abarca cinco días. Los dos primeros días anteriores a la Luna Llena sirven para concentrarse, para prestarle mucha atención a esa voz interna que tenemos.
El día de Luna Llena, se hace una meditación y los dos últimos días son para la distribución de la energía en donde más se necesite.
Se pueden hacer dos tareas diferentes en el período de Plenilunio: uno sería servicio espiritual y el otro de transformación personal.
El servicio espiritual sería para facilitar el crecimiento de toda vida sobre la Tierra y el personal es para reflexionar sobre todo aquello que uno quisiera cambiar para mejorar y crecer.
Si lo desean, pueden hacer alguna meditación para nuestro planeta.


Nos aquietamos cerrando los ojos, y respiramos profundo tres veces. Imaginamos que una gran Luz blanca entra por nuestra cabeza, llega al corazón, allí se expande llenándonos de Luz por dentro y por fuera. Luego imaginamos que esta misma Luz sale por la palma de nuestras manos.
Ahora vamos a ver al planeta delante nuestro girando muy lentamente y mientras lo hace nosotros ponemos nuestras manos cerca de él haciéndole llegar la Luz que sale de nosotros. Lo vemos llenárse de Luz, empezando por nuestra casa, luego nuestro país, todos los países, cada continente; cada planta, cada árbol, cada flor; los animales, los mares, la tierra, el aire y cada persona que habita en nuestro Planeta.
Todo, absolutamente todo, queda cubierto con esta Luz que le dará la alegría, el equilibrio y la armonía que tan bien le hace.

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